5 obras imperdibles del Museo Británico

• por Ana Belén Moreno

Si viajas a Londres, el Museo Británico es una visita obligada. Y no hace falta ser un fanático de los museos. Cuenta con más de 8 millones de objetos que conservan la historia y la cultura de la humanidad a lo largo de 2 millones de años. Su colección está dividida en diez departamentos de conservación e investigación, en función del origen de las piezas.

Entre las piezas más destacadas del Museo Británico se encuentran objetos famosos como la piedra de Rosetta, que por fin permitió traducir y comprender la antigua lengua egipcia, y el Libro de los muertos, una colección de ritos que nos ayudó a comprender las tradiciones funerarias del antiguo Egipto.

Si quieres saber más sobre las obras imprescindibles del Museo Británico, te traemos algunas de las más famosas e impresionantes.

La piedra de Rosetta

La piedra de Rosetta, la llave que abrió los antiguos jeroglíficos egipcios, es uno de los objetos más famosos del Museo. Esta piedra fue encontrada en 1799 en la ciudad de Rashid, por soldados franceses durante la invasión de Napoleón Bonaparte. Gracias a ella fue posible averiguar el significado del lenguaje jeroglífico utilizado en el antiguo Egipto.

En su día formó parte de una losa más grande y lleva inscrito un decreto, escrito en tres tipos de escritura: jeroglíficos, demótico (la escritura nativa egipcia utilizada para fines cotidianos), y griego antiguo. Con ella, los expertos pudieron utilizarla para descifrar los jeroglíficos. Esto permitió descubrir el mundo del antiguo Egipto.

El joven Memnón

La estatua del joven Memnón se encuentra en la sala del Antiguo Egipto. Es una de las dos cabezas colosales de granito de la entrada del templo mortuorio de Ramsés en Tebas. La estatua representa a Ramsés II, el faraón de la XIX Dinastía de Egipto.

Lleva el Nemes, el tocado funerario de tela que cubre la cabeza de los faraones. Aunque no se considera una corona, el Nemes simbolizaba el poder del faraón. La estatua estaba formada por el cuerpo completo del faraón, pero la cabeza que vemos en el Museo Británico es una sola parte que se conserva, el resto de la estatua nunca se encontró.

Hoa Hakananai’a

La estatua Hoa Hakananai’a se expone en la sala 24 del Museo Británico. Es una estatua de basalto, que data del año 1000-1200 d.C. Procede del pueblo ceremonial de Orongo en RapaNui (Isla de Pascua). Es una de las numerosas estatuas, conocidas como moai, por las que la isla es famosa.

La mayoría de los moais se colocaban en plataformas (conocidas como ahu), que generalmente daban la espalda al océano, por lo que las estatuas miraban hacia el interior de la tierra y su gente. Los moais se levantaban en honor de los antepasados importantes deificados.

La estatua Hoa Hakananai’a está tallada en basalto duro y en su espalda hay varios petroglifos que representan cabezas de fragatas y figuras humanas y de pájaros. Están relacionados con las ceremonias del tangata manu u «hombre pájaro» de la isla, que se asociaban con la fertilidad y el acceso a los recursos. Sin duda, una pieza imperdible del Museo Británico.

Las momias del Museo Británico

Sin duda, una de las grandes colecciones del Museo Británico son las momias humanas. Además, el museo también guarda más de trescientas momias de animales, que incluyen gatos, perros, toros e incluso un cocodrilo de 4 metros.

El museo cuenta con más de 140 momias y ataúdes en su colección. La más famosa es la momia de Katebet. Fue cantora de Amón en Karnak alrededor del año 1300 a.C.

Todas las momias del Museo Británico se conservan en muy buen estado. Algunas están decoradas y pintadas, otras simplemente están cubiertas. Pero todas muestran el asombroso proceso y trabajo de momificación, típico de la antigua civilización egipcia.

El Libro de los muertos

Además de los numerosos papiros que se pueden encontrar en el Museo Británico, cerca de las momias se encuentra el famoso Libro de los muertos, un texto funerario de rituales mágicos para ayudar a los muertos a superar el juicio de Osiris. Se considera uno de los libros más antiguos del mundo.

Muchos de los hechizos de esta colección se remontan al tercer milenio antes de Cristo y solían estar pintados en las paredes de las pirámides y los ataúdes antes de la creación del Libro de los muertos. El libro solía colocarse en los ataúdes o en la cámara funeraria de los difuntos.

Estos son solo algunas de las obras imprescindibles que tienes que ver durante tu visita al Museo Británico. Sin duda, un lugar de visita obliga en Londres.