5 platos polacos que probar en un viaje a Varsovia

• por Ana Belén Moreno

Los platos polacos tradicionales son contundentes y saludables. Algunas de las recetas más apreciadas del país se remontan a siglos atrás. Aunque muchas han evolucionado con el paso de los años, todas conservan los valores culinarios de siempre.

Por supuesto, la mejor manera de probar la comida polaca es visitar el país y pedirla en sus numerosos restaurantes, bares de leche y puestos de comida callejera. En este artículo descubrirás los platos polacos tradicionales que puedes probar durante tu viaje a Varsovia.

Pierogi

Los pierogi son una especie de empanadillas rellenas que se han convertido en uno de los platos favoritos de Polonia. Los ingredientes que se pueden utilizar para el relleno solo están limitados por la imaginación del cocinero. Pueden ser dulces, salados o picantes.

El relleno suele consistir en setas, col y chucrut. Pueden servirse con una sopa, como entrante o como plato principal, espolvoreados con cebolla frita y beicon, o como acompañamiento del plato principal.

Hoy en día, los pierogi son muy populares en todo el país. En Polonia también se celebra el Día Nacional del Pierogi cada año, el 8 de octubre. La ciudad de Cracovia cuenta con su propio festival anual del pierogi, que se celebra el 17 de agosto.

Zurek

El zurek es una sopa típica polaca que se caracteriza por su sabor agrio, procedente de la fermentación del pan y la harina de centeno. Aunque es muy popular en toda Polonia, cada región tiene su propia versión del plato.

A la sopa suele añadirse carnes, como salchichas, tocino o jamón, así como verduras, patatas y setas. A veces se sirve en un cuenco comestible hecho de pan, cuando es habitual añadir mitades de huevos duros sobre la sopa como guarnición.

El zurek es un plato típico polaco que se consume tradicionalmente durante la Semana Santa. Como ocurre con casi todas las comidas que definen a la nación, cada familia tiende a defender su propia receta de zurek.

Flaki

Flaki es una sopa de callos polaca, densa y sabrosa, que se sirve durante las bodas como parte de los platos calientes de la fiesta. El flaki se conoce desde el siglo XIV en Polonia, y era uno de los platos favoritos del rey Wladyslaw Jagiello. Hoy en día, a algunos cocineros les gusta añadir tocino ahumado al plato, así como condimentos adicionales como pimienta, jengibre o nuez moscada.

No es un plato exclusivo de Polonia, pues se pueden encontrar recetas similares en la vecina Ucrania, Bielorrusia y Alemania. El flaki ofrece una idea de las raíces rústicas de la cocina polaca y es un plato típico que tienes que probar en tu viaje a Varsovia.

Pyzy

Esta especie de albóndigas se elabora con patatas trituradas o ralladas, mezcladas con harina, sal y huevos para crear una masa suave. Aunque se pueden comer solos, los pyzy suelen llevar un relleno dentro de la masa.

La opción más común de relleno es la carne picada, una mezcla de cerdo y ternera, a la que a menudo se añade cebolla, setas salteadas o el tradicional requesón polaco. El relleno se coloca dentro de la masa y se enrolla en una pequeña bola redonda y se hierve.

En ocasiones se fríen a poca profundidad, lo que les confiere una capa exterior fina y crujiente. Este plato abundante y nutritivo para los fríos meses de invierno suele servirse como plato principal.

Bigos

El bigos es un plato polaco contundente y reconfortante. Se trata de un guiso tradicional que es uno de los representantes de la tradición culinaria polaca. También conocido como guiso de cazador, el bigos es muy versátil, y se puede utilizar cualquier carne en su preparación.

Lo más habitual es que se prepare con carne de cerdo, pero la elección de la carne suele depender de su disponibilidad y de las preferencias personales. Algunos de los ingredientes adicionales que completan el plato son el chucrut, las patatas, el tocino y las salchichas.

Aunque la preparación y los ingredientes son sencillos, el bigos requiere mucho tiempo porque se cocina a fuego lento durante horas hasta que todos los sabores se combinan entre sí. Se solía preparar para los cazadores durante las largas y agotadoras temporadas de caza.

Está presente en la tradición culinaria polaca desde el siglo XVII y hoy en día se considera el plato nacional del país. También suele degustarse en Ucrania, Bielorrusia y Lituania.