9 obras imprescindibles que ver en el Museo Nacional del Prado

• por Elena Sanz

El Museo del Prado es el más sobresaliente a nivel nacional y también uno de los más reconocidos y visitados del mundo, constituyendo una parada obligatoria durante un viaje a Madrid. Sin embargo, su colección es tan extensa que necesitarías días únicamente para poder descubrirla, por lo que queremos recomendarte aquellas obras del Museo Nacional del Prado que debes ver sí o sí.

Obras en el Museo Nacional del Prado que no te puedes perder

Lo cierto es que la colección del museo tiene casi 8.000 pinturas y más de 1.000 esculturas. Pero no todas ellas se exponen; de hecho, en sus salas encontrarás unas 1.700 obras que constituyen una excelente selección de obras maestras de la pintura europea de entre los siglos XVI y XIX.

Cuadros de artistas de gran renombre cuelgan en sus paredes: Velázquez, Tiziano, Rubens, Goya… Visitar el museo es una experiencia inolvidable incluso para quienes no son especialmente amantes del arte. Pero, si únicamente quieres dedicarle un par de horas, estas son algunas de las obras imprescindibles.

Las tres Gracias, de Rubens

Esta es una de las obras más conocidas del pintor barroco Pedro Pablo Rubens. Está pintado en óleo y representa a las tres Gracias: Áglaye, Eufrosina y Talía. Hijas de Júpiter y de Eurymore, en la mitología griega eran las diosas del encanto, la gracia y la belleza.

Las meninas, de Velázquez

Con más de tres metros de altura, esta se considera como la obra maestra de Diego Velázquez. Finalizada en 1656, fue una obra rompedora debido al juego de ilusionismo que representa. En ella se plasma de forma protagónica a la infanta Margarita, hija de Felipe IV y a las dos meninas que la atienden.

También se puede observar a los reyes reflejados en un espejo e incluso al propio Velázquez retratado frente a un gran lienzo. Otros servidores palaciegos también quedan retratados en la obra.

El jardín de las delicias, de El Bosco

Este famoso tríptico fue pintado entre los años 1490 y 1500 por Jheronimus Bosch. En él se plasman, con un claro tono satírico y moralizante, conceptos como la creación del mundo, los placeres carnales y la perdición de la humanidad.

La obra ofrece tal nivel de detalle y significado que es necesario dedicar una buena cantidad de tiempo para apreciar todo lo que transmite.

David vencedor de Goliat, de Caravaggio

Realizada en óleo sobre lienzo, esta obra del pintor italiano Caravaggio está datada hacia 1600. El cuadro representa la escena bíblica en la que el joven David da muerte al gigante Goliat con su honda y corta su cabeza para exhibirla en señal de triunfo.

El autor utiliza la técnica del claroscuro para añadir dramatismo y profundidad a la imagen. Y es, por supuesto, una de las mejores obras del Museo Nacional del Prado.

La maja desnuda, de Goya

Esta es una de las obras maestras del pintor español Francisco José de Goya y Lucientes; pero también uno de sus trabajos más polémicos. Fue encargada por Manuel Godoy y perteneció a su colección hasta ser secuestrada y posteriormente confiscada por la Inquisición.

En el cuadro se retrata a una mujer desnuda y tendida sobre un lecho, mirando al observador. La maja vestida, que retrata a la misma modelo, se encuentra a la par de la primera en el Museo del Prado.

Saturno devorando a su hijo, de Goya

Esta obra pertenece a la serie de Pinturas negras de Goya. La sombría e impactante escena plasma al dios Saturno, con las fauces abiertas y una mirada de horror, practicando el infanticidio y el canibalismo al devorar a su propio hijo.

La Anunciación, de Fra Angelico

La Anunciación fue pintada hacia 1426 por el autor italiano del Renacimiento Fra Angelico. Este retablo plasma la Anunciación de la Virgen María, así como varias pequeñas escenas más que ilustran otros episodios de la vida de la Virgen.

El caballero de la mano en el pecho, de El Greco

Este cuadro, obra del pintor griego de finales del renacimiento conocido como El Greco, fue creada hacia el año 1580. Se trata de un retrato de un noble toledano del cual se desconoce su identidad y al cual se muestra en un momento de hacer un voto.

Pese a su reducida gama cromática (que se limita a bancos, grises y negros) se logra un efecto rotundo que no deja indiferente al observador.

El 3 de mayo en Madrid, de Goya

Finalizamos esta selección con una obra de 1814 en la que Goya plasma la lucha del pueblo español contra la dominación francesa. La escena retrata el momento previo a que algunos insurgentes españoles fueran fusilados por el ejército de Napoleón en represalia al levantamiento del dos de mayo. Es, sin duda, una de las obras imprescindibles.

Las anteriores son solo una pequeñísima muestra de la gran cantidad de obras del Museo Nacional del Prado que vale la pena conocer y contemplar. Sin embargo, si dispones de poco tiempo, asegúrate al menos de disfrutar de esta representación del arte español y europeo.