Ait Ben Haddou, un lugar de película que visitar desde Marrakech

• por Elena Sanz

Marrakech es uno de los principales destinos que escogen quienes viajan a Marruecos. Sin embargo, el país esta repleto de rincones cargados de historia y de una riqueza cultural inigualable. Ait Ben Haddou es, sin duda, uno de los más impresionantes y una visita casi obligada si vas a pasar unos días en la conocida como Ciudad Roja. Por ello, queremos mostrarte qué esperar de este destino.

Ait Ben Haddou se encuentra a unos 180 kilómetros de Marrakech. A orillas del río Ounila y asentado sobre la falda de una colina, este ksar es uno de los más conocidos y mejor conservados de la región. Por ello, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. ¿Quieres saber más al respecto? Te lo contamos a continuación.

Origen e historia de Ait Ben Haddou

Se cree que este lugar debe su nombre a su fundador, Ben Haddou, quien estableció aquí una tribu en el año 757. Sin embargo, la estructura y las edificaciones que hoy podemos contemplar datan del siglo XVII. Ait Ben Haddou es un pueblo amurallado, en cuyo interior se hallan multitud de kasbahs, edificaciones típicas de la arquitectura bereber construidas a base de barro, paja y madera.

En el interior de las murallas no solo se encontraban las viviendas de los locales, sino que también existían otro tipo de edificios como una mezquita, una posada o un granero, además de la plaza pública.

La ciudad cobró gran importancia en el pasado por su ubicación estratégica a las puertas del desierto. Y es que esta era una parada obligatoria en la ruta de los comerciantes que discurría entre Marrakech y el Sáhara. Por aquí cruzaban caravanas de nómadas con camellos cargados de oro, plata y especias; sin embargo, con el paso del tiempo fue quedando despoblada.

Hoy en día solo unas pocas familias continúan viviendo en el interior del recinto amurallado, mientras que el grueso de la población y los servicios se sitúan en el pueblo nuevo al otro lado del río.

¿Qué ver en Ait Ben Haddou?

Adentrarse por las laberínticas callejuelas de Ait Ben Haddou es como viajar al pasado. Su gran estado de conservación hace posible imaginar, con un alto grado de precisión, cómo era la vida aquí varios siglos atrás.

La ciudad amurallada tiene dos puertas de entrada que dan acceso a los estrechos callejones, plazas y construcciones de adobe que aportan ese exotismo característico del sur de Marruecos. Ya en el interior podrás contemplar las diferentes zonas que componían la ciudad.

Comprobarás que es sencillo diferenciar entre la zona pública (donde se encuentran la mezquita, la plaza o la escuela coránica) y la zona privada. En esta última se sitúan las viviendas, tanto aquellas que pertenecieron a las clases más pudientes (de hasta cinco plantas y situadas junto a la mezquita) y las del pueblo llano (de una sola planta y sin apenas decoración).

Además de pasear por las intrincadas calles de Ait Ben Haddou, no puedes dejar de visitar la Torre del Homenaje de la antigua kasbah. Aunque se encuentra en ruinas, si subes a ella podrás contemplar unas imponentes vistas panorámicas de la región.

Por otro lado, si salvas el río, llegarás al pueblo nuevo, situado a escasa distancia del ksar. Es aquí donde encontrarás más servicios para el turista, así como multitud de tiendas en las que adquirir todo tipo de productos de artesanía.

Un lugar de película

Si se afirma que Ait Ben Haddou es un lugar de película no es solo por la magia que desprenden sus murallas o sus edificios de adobe. Tampoco es por el imponente entorno natural que lo rodea: un área semidesértica, salpicada por oasis de palmeras junto al cauce del río y coronada en el horizonte por las montañas del Atlas. En realidad, esta ciudad ha sido literalmente el escenario de numerosas producciones cinematográficas.

Varias series y películas famosas han sido rodadas en la ciudad fortificada a lo largo de los años. De Lawrence de Arabia (1962) a La momia (1999) o Juego de Tronos (2011). De hecho, una de las puertas monumentales de la muralla se construyó específicamente para el rodaje de la película La joya del Nilo en 1985.

En definitiva, este rincón del desierto marroquí es una auténtico tesoro histórico y cultural, por lo que te recomendamos encarecidamente acercarte a conocerlo. Puedes descubrirlo por libre o contratar una visita guiada. En cualquier caso, estamos seguros de que no te dejará indiferente.