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Dublín, la hermosa capital de Irlanda

• por Antonella Grandinetti

Pensar en Irlanda es imaginar amplias praderas verdes y, por qué no, una buena pinta de cerveza helada. Pero ¿sabes algo sobre tu capital? Dublín es una ciudad encantadora, capaz de dejarte con la boca abierta.

Si estás planeando un viaje a Irlanda, coge papel y bolígrafo: te contamos qué puedes ver y hacer en Dublín. ¡Te aseguramos que no te arrepentirás de acercarte a Baile Átha Cliath (Dublín en irlandés)!

¿Qué ver y hacer en Dublín?

La capital de Irlanda, con sus monumentos históricos y sus edificios medievales, parece salida de un cuento de hadas. Perderse por sus callejuelas repletas de edificios naranjas, rojos, ocres y marones es la mejor manera de recorrerla. A pesar de ser una ciudad de más de medio millón de personas, podrás conocerla en dos días… Aunque su oferta cultural es tal que podrías disfrutarla por más tiempo.

Por supuesto, lo ideal es que lleves anotados esos puntos de interés que no debes perderte por nada del mundo. Al fin y al cabo, es fácil que el tiempo vuele cuando te sientas en una taberna tradicional a degustar una Guinness helada. ¡Lo mejor es tener bien planeado el día a día!

La Catedral de San Patricio

Construida en el siglo XIII sobre una antigua iglesia normanda de piedra, la Catedral de San Patricio ha sobrevivido a diferentes incendios y abandonos a lo largo de los siglos. Tras varias reformas, se alza elegante con una torre aguja y un interior, simplemente, maravilloso.

Al ingresar, te sorprenderás con la enorme cantidad de monumentos sepulcrales y placas mortuorias que alberga su interior. Entre ellas, las de Douglas Hyde, lingüista y político irlandés, y Jonathan Swift, escritor local. ¿Una recomendación? Presta especial atención a la pila bautismal que es original de la Edad Media.

Catedral de la Santísima Trinidad

La también conocida como Christ Church es, junto a la Catedral de San Patricio, la iglesia protestante más antigua del país. La actual edificación se erigió sobre un antiguo templo vikingo. De hecho, la construcción se inició en el siglo XII, pero no finalizó hasta el XIII.

Al igual que su compañera, sufrió diferentes destrucciones y debió ser restaurada prácticamente en su totalidad. Lo más interesante de esta visita es su cripta que data del siglo XII.

Visita el Guinness Storehouse en Dublín

La cerveza irlandesa es famosa en todo el mundo. ¿Tienes ganas de probar una Guinness en Dublín? El Guinness Storehouse es un verdadero símbolo de la ciudad. Allí, te esperan las mejores exposiciones para comprender la historia de la cerveza en el país.

La visita comienza con la información básica sobre la composición de esta bebida para, luego, abordar su elaboración. Podrás ver un molino, un tostadero, un alambique y los enormes barriles de cerveza que se utilizaron en el pasado. Por supuesto, descubrirás cómo se transportaba y, también, las antiguas publicidades que ayudaron a Guinness a convertirse en la marca de renombre mundial que es hoy en día.

¿Te parece poco? Tranquilo porque la oferta no ha terminado. Antes de partir, podrás poner a prueba tus conocimientos sobre la cerveza participando de juegos interactivos y conocer la historia del edificio. Pero lo mejor llega al final: ¡podrás tirar tu propia pinta! Y por supuesto, beberla en el Gravity Bar de la azotea.

Temple Bar

Tiene nombre de taberna, pero es, en realidad, un barrio. De hecho, es uno de los barrios más atractivos de la ciudad. Los bares y los pubs se entremezclan con los mercados de comida y de libros de segunda mano, las galerías de arte y algunas tiendas de moda alternativa. ¿Te ha picado la curiosidad?

Museo de Arqueología de Dublín

La capital irlandesa es dueña de diferentes museos que merece la pena visitar. Si debes elegir, este es el ganador. El mismo alberga objetos que datan desde el año 7.000 a. C.

Herramientas y armas de piedra, bronce y acero, tumbas, cerámica y muestras de arte irlandés te esperan allí. Asimismo, podrás aprender sobre la vida de los vikingos y su llegada al país o disfrutar de exhibiciones especiales como la del antiguo Egipto.

De compras en Grafton Street y O’Connell Street

¿Necesitas un souvenir para regalar? ¿Simplemente deseas pasear? Grafton Street es una calle peatonal ubicada en el centro de la ciudad. Allí, podrás encontrar toda clase de figuras de leprechaun, además de ropa y artesanías. Por supuesto, tu paseo estará amenizado por la música de los artistas callejeros que pueblan la zona.

Otra opción es acercarte a O’Connell Street, otra de las principales zonas comerciales de Dublín. Más allá de las innumerables tiendas, podrás contemplar algunos de los monumentos más destacados de la ciudad, como The Spire, una enorme aguja de 120 metros de alto, o la estatua de Daniel O’Connell, quien fuera un líder nacionalista en el siglo XIX.

En cuanto a los edificios, destaca la Oficina Central de Correos de Dublín. ¿Sabías que allí se proclamó la República de Irlanda en 1916? Presta atención también al Hotel Gresham y a los almacenes Clery’s, dos construcciones de principios del siglo XIX.

El parque más bonito de Dublín: St Stephen’s Green

No todo son compras, museos y tabernas, Dublín tiene un parque ideal para que te olvides del mundanal ruido de la ciudad. Muy cerca de Grafton Street se encuentra St Stephen’s Green.

Este parque de estilo victoriano se llena de flores de todos los colores durante la primavera. Si lo visitas en otra época del año, quizá te llamen más la atención las estatuas de personajes representativos locales como Arthur Guinness o James Joyce.

Trinity College

Seguramente, has oído hablar alguna vez del Trinity College, la universidad más antigua de Irlanda. Por supuesto, la misma bien merece una visita. Al fin y al cabo, es también una de las prestigiosas a nivel mundial.

Si eres fan de Harry Potter, es una visita que no puedes perderte. Cuenta la leyenda que J. K. Rowling se inspiró en su biblioteca y en otras zonas de esta universidad a la hora de describir el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Como ves, Dublín es una ciudad vibrante capaz de conquistar al más exigente turista. ¡Anímate a visitarla! Te enamorarás de ella, sobre todo si la visitas en primavera-verano.