Los almendrones en La Habana: descubre su historia

• por Elena Sanz

Cuba es un paraíso caribeño que atrae a millones de turistas de todos los rincones del mundo. Pero además de sus playas, sus cócteles y su interesante arquitectura colonial, la capital cubana cuenta con un atractivo único en el mundo. Y es que los almendrones en La Habana te permiten desplazarte por la ciudad del modo más exclusivo y original.

Protagonistas de postales y centro de todas las miradas, estos espectaculares vehículos se pasean por las calles de la localidad luciendo su asombroso estado de conservación. Joyas sobre ruedas que hacen las delicias de los turistas que visitan la isla. ¿Quieres conocer más sobre ellos? Te contamos todas sus curiosidades.

¿Qué son los almendrones?

Los almendrones constituyen el vehículo cubano por excelencia. Se utiliza este nombre para designar al conjunto de coches antiguos, procedentes de Estados Unidos, que recorren las calles de La Habana y otras ciudades de Cuba.

Se trata de automóviles fabricados entre los años 20 y 50 del pasado siglo, pertenecientes a marcas tan reconocidas como Ford, Pontiac, Cadillac, Dodge o Chrysler. Con el paso del tiempo, han terminado convirtiéndose en iconos de Cuba. En la actualidad, cerca de 70.000 unidades de los mismos se mantienen activos y están disponibles para el turista.

De esta forma, coches de marcas tan reconocidas como Ford, Pontiac, Cadillac, Dodge o Chrysler terminaron convirtiéndose, con el paso del tiempo, en iconos de Cuba. En la actualidad, cerca de 70.000 unidades de los mismos se mantienen activos y están disponibles para el turista.

¿Por qué se llaman almendrones?

¿De dónde proviene el curioso nombre que se les ha otorgado? Realmente no se sabe a ciencia cierta, pero dicha denominación caló en el lenguaje popular de tal modo que ya está completamente arraigada.

Se cree que el origen del sobrenombre almendrones puede provenir de la característica forma de almendra de muchos de estos coches antiguos. Además, la pintura de muchos de ellos, debido a la exposición continuada al sol y a los elementos ambientales, fue desgastándose y derivando en un tono ocre similar al de la almendra.

Automóviles inmortales

Pero, ¿cómo es posible que automóviles de tanta antigüedad sigan funcionando y luciendo como el primer día? Si el mero paso del tiempo es difícil de evitar, en este caso existen condiciones adversas añadidas.

Y es que, en primer lugar, muchos de estos vehículos están totalmente descatalogados y ya no se fabrican piezas para ellos. Además, debido a las difíciles relaciones internacionales entre Cuba y Estados Unidos, los habitantes de la isla no pueden acceder a los repuestos que aún estén disponibles para estos coches.

Ante tales circunstancias, los cubanos han reaccionado con talento, ingenio y capacidad resolutiva, y se han valido de todos los recursos y habilidades posibles para mantener los vehículos en funcionamiento.

Han realizado numerosas adaptaciones de lo más variopintas. Piezas de frigoríficos o lavadoras, motores de tractor y otros originales elementos se han empleado en esta inventiva acción mecánica. Además, han utilizado elementos de otros coches más modernos e incluso han fabricado ellos mismos las piezas que necesitaban.

Entre los ajustes más sorprendentes, destaca el hecho de que muchos de estos almendrones han sufrido un cambio de combustible, pasando de utilizar gasolina a diésel. Y, del mismo modo, han sido sometidos a ajustes de modo que su consumo sea mucho menor.

Disfruta de los almendrones en La Habana

A lo largo del tiempo, los almendrones han sido empleados con diversos fines, pero la mayoría de ellos constituyen una alternativa de transporte urbano en la actualidad.

Por ello, si viajas a La Habana, podrás disfrutar del privilegio de recorrer la ciudad a bordo de uno de estos magníficos automóviles. Basta con acercarse a puntos tan turísticos como la Avenida del Puerto o el Parque Central.

El precio del recorrido típico de los almendrones suele oscilar entre los 10 y los 20 CUC, por lo que resulta muy económico. En definitiva, un lujo al alcance de todos que no puedes dejar de disfrutar.