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Marsella, un destino con mucho que ofrecer

• por Antonella Grandinetti

Marsella es la segunda ciudad más grande de Francia, con más de 850.000 habitantes. Asimismo, es una de las más antiguas y uno de los puertos comerciales más importantes del sur europeo. ¿Te parecen pocos motivos para visitarla?

Es posible que hayas escuchado decir que se trata de una ciudad industrial, sucia y sin atractivos. Pues bien, ¡nada más lejos de la realidad! Marsella es dueña de un encanto único y diferente que podría compararse con el aura de Nápoles en Italia. ¿Sientes curiosidad?

8 puntos de interés que no te puedes perder en Marsella

En Marsella, se han encontrado antiguos asentamientos que indican la presencia humana en la región desde la Prehistoria. De hecho, han aparecido pinturas rupestres congruentes con la época paleolítica en la cueva de Cosquer y construcciones neolíticas en la colina de Saint-Charles.

Ahora bien, históricamente se considera que el año de su fundación fue el 600 a. C. En ese momento, era una polis griega. Pero, posteriormente, fue anexada por Roma y, más tarde, pasó a manos de los visigodos, los ostrogodos y otras civilizaciones. En conclusión, Marsella es una ciudad con una rica historia y una mezcla arquitectónica y cultural que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. ¿Estás preparado para descubrir los principales lugares de interés de Marseille?

Pasea por el Puerto Viejo

¿Sabías que Marsella se considera desde la Antigüedad como uno de los puertos más importantes del Mediterráneo? Sin lugar a dudas, el Vieux Port es uno de los puntos de interés ineludibles de la ciudad. Hoy en día, funciona como puerto deportivo. No obstante, su mayor atractivo no son los yates y botes atracados allí, sino los antiguos talleres conservados.

Te recomendamos acercarte, también, hasta el Faro de Santa María, una construcción de 1855 que marca la división entre el muelle de Charcot y el malecón del Grande. Asimismo, la zona es perfecta para degustar platillos de mar, como la Bouillabaisse, una sabrosa sopa de pescado. ¿Otra idea? Acércate al puerto por la mañana temprano y compra pescado fresco, recién recogido en el mar.

Antes de irte del Puerto Viejo, camina por él hasta llegar al Fort Saint-Jean y el Fort Saint-Nicolas, dos fortificaciones edificadas en 1660 por Luis XIV, con el fin de proteger la ciudad. El Fuerte de San Nicolás tenía, a la vez, la función de mantener el control sobre Marsella y evitar revueltas. Por eso, te llamará la atención ver que hay cañones apuntando hacia la ciudad.

Te contamos una curiosidad más: el Fort Saint-Jean se utilizó también como prisión y, durante la Segunda Guerra Mundial, fue tanto cuartel de las tropas francesas como de las alemanas, tras la ocupación del país. ¿Te hemos convencido de visitarlo?

Recorre el barrio de los pescadores

Como toda ciudad portuaria, uno de los sitios más pintorescos es el antiguo barrio de los pescadores. Le Panier es la zona más antigua y esto se nota fácilmente al contemplar sus estrechas callejuelas y las fachadas coloridas de las casas y las cafeterías.

Piérdete por este barrio y déjate envolver por su aire decadente. Visita sus pequeñas plazas, como Place des Moulins, y sus locales alternativos. Toma fotos de sus grafitis y la ropa tendida en los balcones. Prueba el chocolate local en la chocolatería del Panier, ubicada sobre la Place des Treize-Cantons, y compra jabón de Marsella en La Grande Savonnerie.

Un edificio que no deberías pasar por alto es la Vielle Charité. El mismo funcionaba como hospicio para personas de bajos recursos. Más allá de esta caritativa función, se trata de una de las construcciones barrocas más maravillosas de la ciudad. En su interior, se encuentran el Museo de Arqueología del Mediterráneo, el Museo de Arte Africano, Oceánico y Amerindio, y el Centro Internacional de Poesía de Marsella, la Cinemateca Le Miroir. 

Ingresa en la Catedral de Marsella

La Basílica Catedral de Santa María La Mayor te dejará con la boca abierta con su esplendoroso estilo románico-bizantino. La Major, como ha sido apodada por los locales, está decorada interiormente en mármol pórfido de Florencia y mármol blanco de Carrara.

Destaca su fachada con dos altas torres coronadas por cúpulas y los mosaicos azules y oro de la bóveda. No obstante, lo que más sorprende es la mezcla de elementos románicos y bizantinos que da lugar a una edificación única y diferente.

Recorre el Boulevard Longchamp

¿Quieres ver la arquitectura más lujosa de la ciudad? El Boulevard Longchamp es el sitio perfecto para esto. A principios del siglo XIX, se construyó allí el imponente Palacio Longchamp, que data de 1869, con el fin de almacenar agua y remediar el problema de agua potable en la ciudad. Hoy en día, alberga tras su fachada a los Museos de Historia Natural y de Bellas Artes.

Una recomendación: date un paseo por los jardines y no dejes de observar la preciosa fuente barroca situada en medio de una columnata. Su escultura de la diosa de la fertilidad sobre un carro tirado por toros es sobrecogedora.

No te pierdas la Basílica de Notre Dame de la Garde

La Bonne-Mére, como es popularmente conocida, se ubica sobre una colina y, desde allí, tendrás una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. La iglesia de estilo neo-bizantino se comenzó a construir en 1853. A pesar de su preciosa fachada, la mayor sorpresa te espera en el interior, donde te encontrarás con toda clase de maquetas de barcos colgadas desde las bóvedas y cientos de agradecimientos de los pescadores por regresar sanos a casa.

Visita el MuCEM de Marsella

No te vayas de Marsella sin conocer su increíble historia. Este museo se inauguró en 2013. En su interior, podrás conocer el patrimonio antropológico de la región, además de contemplar las exposiciones temporales sobre diversos temas sociales.

Camina por La Corniche

A mediados del siglo XIX, el desempleo era un grave problema en Marsella. Para remediarlo, se puso en marcha la construcción de un paseo panorámico sobre el mar. El resultado es uno de los mejores paseos que puedes hacer en Marsella.

Excursión a Les Calanques

Marsella está rodeada por bellísimas calas de roca blanca que han sido aunadas dentro del Parque Nacional de Calanques. Esta franja costera de alrededor de 20 kilómetros de longitud es uno de los mejores sitios en la zona para practicar senderismo. No obstante, cabe señalar que las rutas son bastante exigentes.

El barranco más famoso recibe el nombre de Sormiou. Aquí se ha encontrado una cueva con pinturas rupestres. Lamentablemente, no es posible visitarla.

Como has podido ver, Marsella tiene mucho para ofrecer a los turistas. ¿Te animas a visitar esta ciudad portuaria en tu próximo viaje al sur de Francia? Te aseguramos que es mucho más encantadora de lo que puedes imaginar.