Ostia, el rincón más veraniego de Roma

• por Elena Sanz

Roma es una de las ciudades más hermosas y ricas a nivel histórico y cultural. Millones de turistas se desplazan cada año a la capital italiana atraídos por sus esculturas y monumentos, así como por las ruinas de su antiguo esplendor. Sin embargo, la ciudad también cuenta con un interesante rincón costero digno de conocer: ¡acompáñanos a descubrir Ostia!

Esta franja litoral ubicada a uno 30 kilómetros del centro de la ciudad constituye un agradable resguardo ante el calor estival de la capital y un valioso vestigio para los amantes de la historia y la arqueología. Te explicamos todo lo que tienes que saber del lugar.

Origen e historia de Ostia

Ostia fue la antigua ciudad portuaria de Roma, construida en la desembocadura del Tíber hacia el siglo VII a.C. Este asentamiento amurallado servía al principio para controlar la desembocadura del río y vigilar el litoral. Sin embargo, poco después se convirtió en un importante puerto comercial.

Ostia continuó extendiéndose y su carácter militar dejó paso a una estructura urbana cada vez más compleja. Mientras, la actividad portuaria crecía al tiempo que Roma se desarrollaba y aumentaba su población. Todo cambió a partir del siglo III, cuando dio comienzo una época de decadencia que condujo a la progresiva despoblación de Ostia.

La Ostia moderna

El interés por Ostia resurgió en el siglo XIX con el nacionalismo italiano y su veneración por el glorioso pasado romano. Así, se iniciaron las primeras excavaciones serias del territorio que dieron lugar al valioso yacimiento arqueológico que existe hoy en día. Además, se fundó el moderno barrio de Ostia, que pronto se convirtió en el balneario favorito de los romanos y al que se fue dotando cada vez de mejores infraestructuras y servicios.

En la actualidad, este municipio de más de 200.000 habitantes se encuentra separado del resto de barrios de Roma únicamente por el Parque Castelfusano y es fácilmente accesible mediante el tren Roma-Lido. Por ello, sus playas suelen estar muy concurridas durante fines de semana y periodos vacacionales. Y es que Ostia cuenta con grandes avenidas, importantes hoteles, un paseo marítimo repleto de tiendas y restaurantes e incluso un nuevo puerto turístico.

Ostia Antica y el yacimiento arqueológico

Además de tumbarte al sol o darte un chapuzón en las aguas del mar Tirreno, si visitas Ostia no puedes dejar de conocer el importante yacimiento arqueológico que se encuentra a escasos kilómetros de la moderna zona costera.

Las ruinas de Ostia Antica, la que fuera una cosmopolita y floreciente ciudad romana, son relevantes por varios motivos. En primer lugar, por su buen estado de conservación. Y es que, pese a haber sufrido saqueos, una gran parte de la ciudad estaba construida con materiales de escaso valor para ser reutilizados, por lo que permanecieron casi intactos. Además, la ciudad estuvo enterrada durante más de 10 siglos, por lo que hoy es uno de los yacimientos más íntegros y bien conservados.

En segundo lugar, destaca el valor de Ostia como representante de la estructura de las antiguas urbes romanas. Y es que las excavaciones, metódicas y extensas, lograron recuperar gran cantidad de terreno. Por ello, hoy podemos tener una visión casi completa de lo que era una ciudad romana en la época imperial.

Así, en el yacimiento podrás encontrar ruinas de los principales edificios de la urbe que se situaban a ambos lados de la calzada principal: tabernas, tiendas, templos… Incluso se ha recuperado parte de un gran teatro que ha sido restaurado y que sigue acogiendo representaciones durante la época estival.

Un oasis costero en Roma

Quizá nunca has visto a Roma como un destino de sol y playa, pues la ciudad tiene tantos atractivos que el hecho de contar con una franja costera parece meramente anecdótico. Sin embargo, como ves, Ostia es un lugar de gran relevancia histórica y un perfecto oasis para refrescarse de las altas temperaturas estivales de la capital de Italia.

No obstante, si vas a visitar el yacimiento o la ciudad moderna, te recomendamos evitar la temporada alta y específicamente el mes de agosto. Y es que el clima (excesivamente caluroso) y la aglomeración de turistas pueden empañar la bonita experiencia de visitar este rincón lleno de encanto y riqueza. Por ello, los meses de junio o septiembre pueden ser una opción más adecuada.