Si estás planeando un viaje a Murcia, coge papel y bolígrafo, y toma nota de cuáles son los pueblos más encantadores de la región. Sí, como lees, te presentaremos un listado de los pueblos más bonitos de Murcia y qué puedes ver y hacer en cada uno de ellos. ¿Estás preparado?
Miles de turistas escogen Murcia para disfrutar de unas vacaciones en sus destinos rurales. ¿Te cuentas entre ellos? Sus pueblos guardan toda clase de joyas, desde naturales hasta históricas y culturales. ¡Te enamorarás de los rincones escondidos a orillas del mar, pero también en el interior!
Viaje a Murcia: los pueblos que no puedes dejar de visitar
Ubicada entre Andalucía, Castilla La Mancha y Valencia, Murcia se presenta como una comunidad autónoma repleta de belleza natural e historia. A tu paso podrás empaparte del litoral rocoso y asombrarte con las bahías de arenas doradas o de guijarros finos bañadas por las transparentes aguas del Mediterráneo.
Ya sea que te gusten las escapadas culturales, de descanso o de turismo activo, encontrarás opciones, porque Murcia ofrece diversión para todos los gustos y bolsillos. Continúa leyendo y descubre los pueblos más bonitos de la región.
Caravaca de la Cruz
Las culturas íbera, romana y musulmana dejaron sus huellas en Caravaca de la Cruz. Este pueblo forma parte de las 8 ciudades santas de la Iglesia católica que celebra el año jubilar cada 7 años. No dejes de visitar la Basílica Santuario de la Santísima y Vera Cruz, una construcción de origen islámico que fue sometida a sucesivas transformaciones.
Entre sus puntos de interés se cuentan también el Museo de la Vera Cruz, que alberga arte sacro, orfebrería y otras obras; la famosa escultura del Peregrino, de Antonio Campillo; el Monumento a los Caballos del Vino, obra del escultor Rafael Pi Belda; y el casco antiguo, con sus callejuelas estrechas e irregulares, todo rodeado por una muralla.
Viaje a Murcia: Cabo de Palos
En esta selección no podía faltar un pueblo de pescadores. Cabo de Palos es justamente eso. Sus calas te robarán el corazón, así como su reserva marina, una de las más importantes de España. Si te gusta bucear, este es tu mejor destino en Murcia. ¿Otra recomendación? Sobre una montaña de rocas se encuentra el faro del pueblo, declarado Bien de Interés Cultural. (storeys.com)
Antes de irte, tómate el tiempo para probar sus manjares. Recuerda que al ser un pueblo de pescadores, los platos de mar son su especialidad, como el caldero del Mar Menor. Este plato de cuchara se prepara con pescado de roca variado, rape o huesos de pez espada, pescado de caldero, arroz, tomates, ñoras, ajo, azafrán, pimienta, sal y aceite de oliva virgen extra. ¡Delicioso y saciante!
Moratalla
Moratalla es famoso por albergar la preciosa Iglesia de Nuestra Señora de Asunción, que data del siglo XV y fue declarada Bien de Interés Cultural. Pero es no es lo único que deberías visitar. Acércate al castillo y déjate deslumbrar por la fortaleza emplazada sobre una colina.
Asimismo, deberías recorrer sus ermitas. La Ermita de Santa Ana, edificada en 1614, fue reconstruida tras la destrucción ocasionada en la Guerra Civil, mientras que la Ermita de la Rogativa destaca por su ubicación en medio de picos y peñas. En su interior, podrás observar pinturas de los siglos XVI y XVII.
Por supuesto, si has escuchado hablar de Moratalla anteriormente, sabrás que guarda pinturas rupestres excelentemente conservadas. Estas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Viaje a Murcia: Calasparra
Seguramente, te suene el nombre. Al fin y al cabo, Calasparra es una de las denominaciones de origen protegida española para el arroz. Como puedes imaginar, en este pueblo deberías degustar cualquier plato con dicho ingrediente, como el arroz de bomba de Calasparra.
Más allá de su gastronomía, este pueblo se ubica en una zona natural de gran belleza. Pasea por el Cañón de Almadenes, donde se encuentran los Abrigos del Pozo que albergan una colección de pinturas rupestres de, aproximadamente, el 4300 a.C.; el Cerro Negro; o la Cueva del Puerto, con sus casi 5 kilómetros de galerías con estalagmitas y estalactitas. Ingresa, además, al Santuario de la Virgen de la Esperanza. Excavado en medio de la montaña, es un paraje único.
Yecla
Lindando con Alicante, encontrarás un pueblo repleto de encanto. Yecla se ubica entre la cadena montañosa levantina y la meseta manchega. ¡Su atractivo es inigualable! Entre sus tesoros, destaca la Basílica de la Purísima Concepción, un templo de estilo neoclásico con una bonita cúpula semiesférica con teja azul y blanca. En su interior, presta atención al Cristo arrodillado ante la Cruz y la Virgen de las Angustias, dos obras que exhuman una maravillosa sensibilidad.
Al suroeste del pueblo, la Sierra de Salinas invita a recorrer la naturaleza local. ¿Te animas a subir los 1.237 metros que posee? El camino es largo y difícil, pero te encantará si disfrutas practicando senderismo. ¡No olvides protección solar y agua!
Jumilla
Jumilla tiene una enorme cantidad de zonas verdes que merece la pena visitar, al igual que el Convento Franciscano de Santa Ana del Monte, el Palacio del Antiguo Consejo, el Casón y, por supuesto, el castillo.
El castillo de Jumilla es una antigua fortificación que se cree data de la Edad de Bronce. Ubicado sobre un cerro, gobierna el pueblo desde la altura. Actualmente, pueden observarse rastros medievales, cristianos y árabes, aunque se sabe que muchas civilizaciones lo han utilizado a lo largo de la historia.
Viaje a Murcia: Cehegín
El casco histórico de Cehegín es una verdadera maravilla. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, te dejará la boca abierta con la intrincada arquitectura de sus calles. Visita la Casa de Jaspe, edificio de estilo barroco donde funciona el actual Ayuntamiento; la Casa de las Boticarias, con sus imponentes columnas jónicas; la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena, que funciona como museo; y los sucesivos miradores, como el del castillo.
Estos son 7 de los pueblos más encantadores de Murcia. ¿Conoces alguno más? En tu próximo viaje a Murcia, visítalos todos y trasládate al pasado con sus monumentos y castillos.
