La capital de Dinamarca es uno de los destinos europeos imprescindibles. Pese a su clima báltico, que trae inviernos fríos y días nublados, sus habitantes gozan de un carácter optimista y la ciudad es realmente cautivadora. Si quieres descubrir una urbe animada y repleta de oportunidades culturales y de ocio, te invitamos a recorrer Copenhague.
Uno de sus mayores atractivos es la armonía y la gracia con que la ciudad combina historia y vanguardia. Al pasear por sus calles, observarás cómo antiguos edificios monumentales conviven con modernas construcciones con total naturalidad. La elevada calidad de vida y el cuidado del medio ambiente son otros de los elementos más característicos de Copenhague, por lo que tu visita será gratamente sorprendente.
¿Qué ver en un recorrido por Copenhague?
La capital danesa es la ciudad más poblada del país, aunando casi dos millones de habitantes en su área metropolitana. A pesar de esto, recorrerla es una delicia debido a que las distancias entre sus principales atractivos no son muy extensas. Esto permite que el turista pueda desplazarse fácilmente a pie o en bicicleta, el medio de transporte por excelencia.
No obstante, aquí el transporte público es fantástico, por lo que no hay excusa para no disfrutar de toda la belleza que alberga Copenhague. Si no sabes por dónde comenzar, te sugerimos algunos puntos que no pueden faltar en tu itinerario.
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La Sirenita de Copenhague
Este es, sin dudas, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Una pequeña, pero hermosa estatua que simboliza a la criatura acuática, protagonista del cuento de Hans Christian Andersen. La sirenita, de poco más de un metro de altura, luce enclavada en una de las rocas de la bahía del puerto y es un lugar idóneo para una foto de recuerdo.
La fortificación de Kastellet
Muy cerca de La Sirenita, se encuentra el Kastellet, una de las fortificaciones mejor conservadas de Europa. Fue construida en el siglo XVII y en su interior aún se pueden encontrar cañones antiguos que formaron parte del armamento defensivo de la época. Además, sus jardines amurallados son un verdadero oasis urbano por el que te encantará pasear.
El palacio de Amalienborg
Este conjunto arquitectónico es uno de los más sobresalientes de Copenhague y hace las veces de residencia real. Está conformado por cuatro grandes edificios de estilo rococó que rodean la plaza de Amalienborg y se construyeron durante el siglo XVIII.
Además de visitar el museo situado en el único edificio abierto al público, no te puedes perder el cambio de guardia que se lleva a cabo a las 12 del mediodía. Igualmente, te encantará descubrir la bella iglesia de mármol de estilo barroco que se encuentra frente al conjunto.
El castillo de Rosenborg
Llegamos a una parada cultural imprescindible. Este antiguo palacio del siglo XVII y estilo renacentista fue anteriormente la residencia real. Hoy en día, pueden visitarse en su interior las alcobas reales, la sala del trono o la sala de tapices reales, además de ver la colección de joyas de la Casa Real de Dinamarca. Pero, sin duda, es su fachada exterior y sus preciosos jardines los que te harán sentir en un verdadero cuento de hadas.
La calle Strøget
No todo son visitas culturales, y es que Copenhague también ofrece arte y diversión a raudales. Lo encontrarás en la mítica calle Strøget, una vía peatonal repleta de cafés, anticuarios, galerías de arte y multitud de comercios de grandes marcas internacionales. Es considerado el paseo peatonal más largo de Europa y resulta perfecto para impregnarse de la esencia de la ciudad.
En uno de sus extremos, se encuentra Radhuspladsen, centro neurálgico de la ciudad y emplazamiento de importantes edificios de interés, como el Hotel Palace o el Ayuntamiento, cuya fachada y perímetro (cuidadosamente adornados) no te dejarán indiferente.
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Los Jardines Tívoli
Tanto si buscas diversión como si prefieres tranquilidad, no puedes dejar de visitar este hermoso y mágico lugar construido en 1843. Aquí, se encuentra el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo. Asimismo, alberga un precioso espacio natural en el que sentarte a orillas del lago, diversos restaurantes y varios escenarios al aire libre en los que contemplar de espectáculos.
El puerto de Nyhavn
Al caer la noche, nada mejor que acercarse a Nyhavn, un canal construido en el siglo XVII y rodeado de coloridas fachadas que forman una estampa de postal. Es el sitio perfecto para sentarse en una de sus múltiples terrazas o restaurantes y disfrutar de las especialidades de la gastronomía local. También, es el punto de partida de los cruceros que recorren los canales del centro histórico, una actividad que te encantará vivir.
Disfruta Copenhague y sus alrededores
Como ves, la ciudad ofrece innumerables atractivos turísticos y culturales que harán de tu viaje una experiencia de lo más completa. Sin embargo, si aún tienes tiempo, puedes visitar algunos increíbles lugares cercanos como Christiania (la ciudad hippie y alternativa), Dyrehaven (un fantástico parque forestal lleno de ciervos) o el castillo de Frederiksborg (perfecto para descubrir la historia de Dinamarca).