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Umm Qais, una ciudad jordana llena de historia

• por Ana Belén Moreno

Umm Qais es una ciudad tranquila con profundas raíces históricas. Se encuentra encaramada en la cima de una colina con vistas a tres países (Jordania, Siria e Israel), en el emplazamiento de la antigua ciudad grecorromana de Gádara. Esta constituye uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Jordania y, en la antigüedad, conectaba varias rutas comerciales entre Palestina y Siria. Por ello, si tienes planeado viajar a Jordania, no puedes irte sin visitar Umm Qais.

Un poco de historia sobre Umm Qais

Umm Qais no siempre fue tan pequeña y desconocido como lo es hoy. Era una gran ciudad que contaba con mercados, baños calientes, iglesias, patios y mucho más. Esta importante ciudad pasó por las manos de muchos imperios, como los griegos, la dinastía ptolemaica de Egipto, el imperio seléucida de Macedonia, los romanos, los bizantinos y los otomanos.

Tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C., Gadara, como se conocía antiguamente a Umm Qais, fue fundada por los Ptolomeos como frontera con los seléucidas al norte. En el año 218 a.C., los seléucidas tomaron la ciudad.

Las influencias de cada imperio pueden encontrarse en toda la ciudad antigua; desde los teatros y baños de los griegos, los sistemas de agua de los romanos, las adaptaciones cristianas de los bizantinos y el nombre de los otomanos.

También se vivieron importantes batallas en esta zona, como la batalla de Yarmouk, que fue un combate entre las fuerzas árabes musulmanas del Califato Rashidun contra las del Imperio Bizantino.

Lo que podrás ver en Umm Qais

En Umm Qais podrás explorar las remotas y extensas ruinas de la ciudad decápolis de Gádara. Nada más entrar en las antiguas calles romanas de Umm Qais se puede pasear por los patios y callejones empedrados.

Las vistas desde la cima del pueblo son las más impresionantes, pero dentro de las propias ruinas del antiguo pueblo hay algunas partes interesantes que explorar. Estos son algunos de sus lugares más destacados:

La villa otomana

Al norte del Teatro Oeste se encuentra el espacio más llamativo de Gádara, la villa otomana. Su elemento principal, el más cercano al teatro, es una iglesia bizantina que data del siglo V o VI.

Un pequeño nártex se abre a un pasillo circular exterior, todavía pavimentado con azulejos geométricos de colores, que encierra un octógono central delimitado por columnas de basalto. El atrio da a la calle principal y pavimentada de Gádara, el Decumanus Maximus, desde la que obtendrás vistas privilegiadas del resto de ruinas.

El Teatro del Norte y el museo

Por encima del Decumanus Maximus, siguiendo la calle que rodea el borde de la colina se llega al Teatro del Norte, cuyas piedras fueron saqueadas para construir las casas otomanas.

En el punto más alto de la colina se sitúa el museo, que ocupa la antigua residencia del gobernador otomano. Entre lo más destacado de la colección se encuentra una estatua de mármol sin cabeza de Tyche encontrada en el Teatro Oeste, mosaicos y sarcófagos tallados.

Mausoleos romanos

El Decumanus Maximus continúa al oeste del yacimiento principal a lo largo de 1 kilómetro más o menos, lo que lleva a algunas ruinas de interés, como baños, mausoleos y puertas. Lo más interesante es la basílica construida sobre uno de los mausoleos romanos.

Se puede mirar en la tumba subterránea a través de un agujero en el suelo de la basílica. El sarcófago de Helladis que en su día estuvo aquí puede verse en el Museo de Antropología y Arqueología de Irbid.

Baños bizantinos

Al oeste, a lo largo del Decumanus Maximus, se encuentran las termas públicas. Fueron construidas en el siglo IV, en su día fueron un impresionante complejo de fuentes (como el cercano ninfeo), estatuas y baños, aunque hoy en día apenas quedan restos tras varios terremotos.

Disfruta de las vistas con un café árabe

Aunque las ruinas son magníficas, lo mejor de cualquier visita a Umm Qais son las impresionantes vistas del paisaje circundante. Los colores de las colinas cambian según la temporada, pero la belleza de la zona sigue siendo la misma.

Por suerte, hay una bonita cafetería en el corazón del yacimiento arqueológico donde podrás sentarte, relajarte y disfrutar de este telón de fondo natural.