Un paseo por Arrecife

• por Elena Sanz

Al este de Lanzarote se encuentra Arrecife, su capital. El municipio menos extenso y más poblado de la isla cuenta con un pasado marinero y un presente moderno sustentado en el turismo.

Para apreciar y disfrutar al máximo de tu visita a esta encantadora localidad, es importante que conozcas sus particulares características y su interesante legado histórico. Así pues, ponte cómodo y acompáñanos en este paseo por Arrecife.

La historia de Arrecife

La historia de Arrecife se remonta a la época aborigen. Varios pueblos indígenas habitaron esta tierra a pesar de que presentaba ciertos inconvenientes como la escasez de precipitaciones o el riesgo de ataques por mar.

Aún así, el Puerto de Arrecife se convirtió en el de mayor relevancia de la isla, y se construyeron varios castillos y fortalezas a lo largo de la costa para defender al municipio de los ataques de piratas.

La localidad siguió avanzando hasta convertirse a día de hoy en uno de los principales destinos turísticos del archipiélago canario. Una ciudad moderna que cuenta con una extensa oferta cultural y de ocio. Comencemos el viaje virtual por sus principales puntos.

¿Qué ver en Arrecife?

Charco de San Ginés

En pleno centro histórico de la capital se halla el Charco de San Ginés. Un entrante de agua salada que anteriormente funcionó como puerto y alrededor del cual se estableció el primer núcleo de pescadores de Arrecife.

El entorno de esta laguna es uno de los puntos más atractivos de la localidad, y en él aún se mantienen las tradicionales viviendas de color blanco.

A lo largo del agradable paseo marítimo podrás contemplar las pequeñas embarcaciones que fondean en el Charco de San Ginés. También disfrutar de una extensa oferta hostelera.

Iglesia de San Ginés

En las inmediaciones del Charco de San Ginés se extiende el Barrio de La Puntilla, ubicación de muchos de los principales puntos turísticos de la ciudad. Entre ellos, la Parroquia de San Ginés, una bonita y sencilla iglesia edificada en el siglo XVII.

El templo de corte colonial muestra un estilo ecléctico en el que conviven elementos barrocos, mudéjares y neoclásicos. Su interior alberga una interesante colección de obras de arte y cuenta con unos cuidados techos de madera.

Por si fuera poco, la iglesia se ubica en una tranquila y pintoresca plaza que constituye un remanso de paz en medio del bullicioso centro histórico.

Castillo de San Gabriel

El Castillo de San Gabriel fue una de las fortalezas defensivas que se construyeron en la localidad. Esta edificación de finales del siglo XVI se asienta sobre un islote en la bahía de Arrecife.

Para llegar hasta él se atraviesa otro de los elementos más emblemáticos de la ciudad, el Puente de las Bolas: una vía empedrada de 175 metros de longitud.

En 1979, el conjunto monumental que forman el castillo y el puente fue declarado Bien de Interés Cultural. Y, además, el primero es la sede del Museo Arqueológico y Etnográfico desde 1972.

Una visita obligada en tu viaje a Arrecife, que además te permitirá disfrutar de unas impresionantes vistas de la ciudad desde la azotea de la construcción.

Playa del Reducto en Arrecife

Esta encantadora playa urbana cuenta con una extensión de 500 metros de arena fina y dorada. Se encuentra protegida por un arrecife y sus aguas son tranquilas.

Es una playa poco frecuentada que consta de todos los servicios necesarios y en cuyos alrededores podrás acceder a numerosas tiendas de recuerdos.

La Casa Amarilla

Este curioso edificio recibe su particular nombre gracias a los ladrillos de cerámica de color amarillo que componen su fachada. La que fuera sede del Cabildo de Lanzarote alberga hoy interesantes exposiciones temporales sobre la cultura de la isla.

Estos son algunos de los principales puntos de interés de Arrecife, pero las opciones no terminan aquí. Si aún te queda tiempo no dudes en pasear por la comercial calle Real o de asistir al tradicional mercadillo artesanal que se celebra los sábados en la Plaza de las Palmas.