Powered by
inspírate
 

Abu Simbel y su importancia arqueológica

• por Antonella Grandinetti

En el sur de Egipto se encuentra uno de los emplazamientos arqueológicos más importantes del mundo: Abu Simbel. Mucho se sabe sobre las pirámides de Giza y El Cairo, pero ¿has oído hablar antes de este lugar?

Ubicado a unos 300 kilómetros de Asuán, en Nubia, se trata de un complejo de templos que te dejará con la boca abierta por su inmensidad y belleza. ¿Quieres descubrirlo?

¿Qué es Abu Simbel?

Abu Simbel es un complejo conformado por dos grandes templos excavados totalmente en una roca. El mismo forma parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán; y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.

Los templos fueron construidos durante el reinado del faraón Ramsés II en el siglo XIII a.C. en honor a él mismo y a una de sus esposas, Nefertari. Se cree que este esfuerzo arquitectónico se llevó a cabo para conmemorar la victoria del ejército del Imperio Nuevo de Egipto sobre el Imperio Hitita en la batalla de Kadesh.

Si bien no hay muchos datos al respecto de esta batalla más que algunos registros de formaciones y tácticas, los expertos señalan que podría haberse tratado de la batalla de carros más grande jamás librada, ya que se calcula que participaron entre 5.000 y 6.000 carros.

La importancia del complejo

La arena del desierto se encargó, con el tiempo, de enterrar los templos y estos permanecieron ocultos a la vista del hombre durante siglos. En el año 1813, el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt, un gran conocedor del islam y la lengua árabe, descubrió los templos de Ramsés II y Nefertari.

No obstante, no fue hasta 1817 cuando el explorador italiano Giovanni Belzoni logró excavar la entrada y accedera uno de los templos. Sin lugar a dudas, se trató de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XIX debido a su envergadura y a la época a la que pertenecen los templos.

Recorrer Abu Simbel

Este magnífico complejo arquitectónico fue reubicado en una colina artificial en el año 1968 para proteger los templos. Esto se debió a que la creación de la presa de Asuán amenazaba con dejarlos sumergidos y perderlos para siempre.

Al llegar, te toparás con el Templo de Ramsés II. Su fachada está compuesta de cuatro inmensas estatuas de 20 metros de alto y resulta realmente impresionante. En su interior, las salas, que decrecen en tamaño hasta llegar al centro, están decoradas con frescos y estatuas. Sin duda, se trata de un viaje al pasado que todo amante de la historia debería realizar.

Al lado del Templo de Ramsés II, se alza el Templo de Nefertari, quien fue la esposa preferida del faraón. Si bien es un poco más pequeño que el templo principal, su belleza es equiparable. En este caso, la fachada ostenta seis figuras talladas en roca.

¿Una curiosidad? Cada 21 de febrero y de octubre (fechas de la coronación y el nacimiento del faraón Ramsés II), los rayos del sol ingresan en el templo principal e iluminan las estatuas de los dioses. Sin embargo, la estatua del dios del inframundo, Ptah, queda siempre en la oscuridad.

¿Cómo llegar?

Las opciones para llegar a Abu Simbel son variadas, por lo que podrás escoger la que mejor se ajuste a tus necesidades y presupuesto. Desde Asuán puedes contratar un tour o coger un autobús, un avión e incluso un barco. Esta última opción es muy bonita, pues tendrás la posibilidad de recorrer el lago Nasser y de visitar los templos.

Si tienes planeado un viaje a Egipto, acércate a Abu Simbel. Se trata de una de las grandes joyas arqueológicas del planeta. ¡No desperdicies la oportunidad de conocerla!