Qué ver y hacer en Turín

• por Antonella Grandinetti

¿Has pensado en visitar Turín? Si bien no se trata de uno de los principales destinos de Italia, esta ciudad te sorprenderá. Rediseñada para los Juegos Olímpicos del año 2006, cuenta con un encanto difícil de explicar, ya que amalgama antigüedad y modernidad.

También es dueña del Museo Nacional del Cine y del Museo Nacional del Automóvil, y su arquitectura resulta sorprendente, al igual que la enorme cantidad de actividades para todas las edades que ofrece. ¿Estás preparado para descubrirla?

Los principales puntos de interés de Turín

Seguro que al pensar en Italia te vienen a la mente ciudades como Roma, Venecia, Milán o Florencia. Sin embargo, Turín es una ciudad que deberías visitar porque poco tiene que envidiar a las mencionadas. Su rica historia, su gastronomía y su arquitectura la avalan.

La capital de la provincia de Piamonte fue fundada en el año 28 a. C. Entre los siglos XII y XIX fue capital de la Casa Real de Saboya y, posteriormente, se convirtió en una ciudad industrial. En ese momento, recibió su apodo de «la ciudad gris». Este poco tiene que ver con la belleza encubierta de Turín, la capital del chocolate italiano y, por supuesto, ciudad natal de la Fiat.

A continuación, te contamos cuáles son esos rincones que no deberías dejar de recorrer en Turín y qué actividades te robarán el corazón. Verás que la oferta es amplia y apta para parejas, grupos de amigos o familias con niños.

Piazza Castello en Turín

El corazón del casco antiguo es la Piazza Castello, rodeada por algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Sobre ella, se encuentra un monumento conmemorativo de la Primera Guerra Mundial, así como el Palazzo Real, el teatro y el Palazzo Madama. Además, cinco importantes vías convergen en ella.

El Palazzo Reale data del año 1646 y funcionó como residencia de los reyes hasta 1865. No dudes en ingresar para recorrer los lujosos apartamentos del rey; la imponente biblioteca con más de 200 000 libros y obras artísticas de gran importancia; la armería real; la galería Sabauda, con pinturas de los siglos XIV al XX; y los jardines.

Por su parte, el Palazzo Madama es un castillo medieval que fue refaccionado hasta convertirse en un palacio barroco. Dentro del mismo, hallarás el Museo de Arte Antiguo de la Ciudad de Turín, con su increíble colección de esculturas, cerámicas y dibujos.

Plaza San Carlo

Al viajar dentro de Italia, uno se acostumbra a visitar sus plazas. Al fin y al cabo, suelen ser el centro neurálgico de cada ciudad. En Turín, no deberías dejar de acercarte a la Piazza San Carlo donde podrás contemplar dos iglesias casi idénticas, tanto que se conocen coloquialmente como «las Gemelas de Turín». Párate frente a ellas y descubre la única diferencia existente entre San Carlo Borromeo y Santa Cristina. Antes de irte de la zona, aprovecha para degustar un café en alguno de los locales.

Palazzo Carignano

Sobre la plaza homónima y cerca del teatro de mismo nombre, se emplaza el magnífico Palacio Carignano que otrora fuere sede de la Casa Real de Saboya. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el edificio de estilo barroco es sede del Museo del Resurgimiento Italiano, que presenta la historia italiana a través de pinturas, películas y toda clase de documentos.

Cattedrale di San Giovanni Battista

La catedral de Turín protege en su interior la Sábana Santa que, según señala la historia, envolvió el cuerpo de Cristo. Si bien su autenticidad no ha sido 100% probada, miles de turistas visitan la catedral para verla. No obstante, la misma está protegida y no es exhibida.

Igualmente, merece la pena que te acerques al Duomo di Torino para disfrutar de su edificio renacentista. Una vez dentro, podrás observar una réplica de la Sábana Santa y, también, de La última cena de Leonardo Da Vinci.

Porta Palatina

Cerca del Palacio Real, te toparán con una de las puertas a la ciudad durante la época romana. La Porta Palatina es una construcción con entradas peatonales y para carros, además de dos torres con almenas. No te la pierdas, ya que es uno de los monumentos más antiguos de Turín.

Museo Nacional del Cine

La Mole Antonelliana fue, en el pasado, una sinagoga. La edificación coronada por una cúpula se ha convertido en una de las grandes joyas arquitectónicas de la ciudad. En la actualidad, alberga en su interior el magnífico Museo Nacional del Cine.

Al recorrerlo, podrás descubrir los grandes hechos que han marcado la historia del cine y, por supuesto, ver objetos que van desde cámaras hasta cascos de Star Wars. Uno de sus atractivos principales es el ascensor panorámico que te permitirá tener una visión de 360º de Turín. ¡Imperdible!

Museo Egipcio de Turín

El Museo Egipcia data de 1824 y guarda entre sus paredes una inmensa colección de sarcófagos, estatuas, momias, papiros y toda clase de piezas antiguas. Destacan el Canon Real, la Tumba de Kha y Merit y el Templo Rupestre de Ellesija.

Museo del Automóvil

El Museo del Automóvil Turín se considera uno de los mejores del mundo, con lo cual ¡es una visita obligada! En su interior, podrás ver cerca de 200 coches de diferentes épocas y marcas. ¿Te imaginas contemplar un antiguo automóvil a vapor? Sin lugar a dudas, es una excelente actividad para hacer con niños.

Como has podido descubrir, Turín es una ciudad histórica capaz de conquistar a cualquier turista interesado en el arte y la arquitectura. Durante tu visita, degusta también la gastronomía local. ¿Qué te parecería probar la bagna cauda, una salsa de ajo, anchoas y leche que se come con verduras como primero? Después, nada mejor que un risotto de trufas acompañado por un vino Barolo.